Bombas de calor: qué son, cómo funcionan y cómo ahorrar combinándolas con placas solares

¿Qué es una bomba de calor y cómo funciona?

Una bomba de calor es un sistema de climatización que no genera calor, sino que lo transfiere. Funciona como un aire acondicionado reversible: capta energía del entorno (aire, agua o tierra) y la introduce en la vivienda para calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria (ACS).

Existen tres tipos principales:

• Aerotermia → bomba de calor que extrae energía del aire exterior.
• Geotermia → aprovecha el calor constante del subsuelo.
• Hidrotermia → usa la energía del agua subterránea o superficial.

El gran valor de esta tecnología es su eficiencia estacional (COP o SCOP): por cada 1 kWh de electricidad consumida, puede generar entre 3 y 5 kWh de calor útil. Esto las convierte en una alternativa sostenible a las calderas de gas o gasoil.

Ventajas de una bomba de calor

• Ahorro energético: hasta un 70% menos de consumo respecto a sistemas eléctricos tradicionales.
• Sostenibilidad: no queman combustibles fósiles ni generan emisiones directas de CO₂.
• Versatilidad: sirven para calefacción, refrigeración y ACS.
• Seguridad: no hay combustión ni riesgo de fugas de gas.

Bombas de calor y placas solares: la combinación perfecta

En España, donde la radiación solar es abundante, combinar una bomba de calor con una instalación fotovoltaica permite cubrir gran parte (o incluso el 100%) de su consumo eléctrico.

• Placas solares fotovoltaicas → generan electricidad durante el día.
• Bomba de calor → aprovecha esa electricidad para climatizar y producir ACS.
• Efecto sinérgico → reduce la compra de energía a la red y aumenta el autoconsumo de la instalación solar.

Con una buena programación o un sistema de gestión energética (EMS/HEMS), la bomba de calor puede trabajar en las horas de mayor producción solar, acumulando calor en un depósito de agua o incluso en la propia inercia térmica de la vivienda. Esto puede elevar el autoconsumo del 20% al 40%.

Costes y ayudas en España

El precio de una bomba de calor doméstica oscila entre 8.000 y 12.000 € instalada, dependiendo de la potencia y del tipo de vivienda. Una instalación fotovoltaica de 4 a 6 kWp, suficiente para alimentar la bomba y el resto de consumos del hogar, cuesta entre 6.000 y 9.000 €.

La inversión inicial puede parecer elevada, pero:

• Existen subvenciones del Plan de Recuperación y fondos europeos Next Generation que cubren parte del coste.
• Muchas comunidades autónomas ofrecen descuentos en el IBI o ICIO al instalar energías renovables.
• La amortización suele lograrse en 5–8 años, con ahorros en la factura de la luz de hasta un 70%.

Conclusión

La bomba de calor es hoy una de las tecnologías más eficientes y sostenibles para climatizar viviendas. Si se combina con placas solares fotovoltaicas, puede alcanzar costes de funcionamiento cercanos a cero, a la vez que reduce emisiones y aumenta el confort del hogar.

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